Pregunta
Estoy embarazada de 7 semanas y en los primeros análisis en el sistema inmunológico me han detectado 'citomegalovirus Ig M positivo'. He leído muchas cosas y estoy hecha un lío aparte de preocupada. Necesito saber qué significa y qué consecuencias puede tener en mi bebé. Cuando le dije a mi médico de cabecera que quería tener más hijos (tengo uno de un año), me recetó ácido fólico y yodo (nada más). Ahora tengo consulta con el ginecólogo la próxima semana. Les agradecería mucho su ayuda.
Respuesta
Gracias ante todo por tu confianza en NetDoctor.
El citomegalovirus (CMV) es un virus que pertenece a la familia de los Herpes viridae. La infección por este virus es muy frecuente y generalmente cursa de forma asintomática o con unos síntomas inespecíficos y autolimitados. Su importancia radica en que dicha infección puede ser grave en personas inmunodeprimidas (con las defensas bajas) y en los recién nacidos.
El CMV se ha detectado en varios líquidos corporales como la saliva, la orina, la leche materna, las lágrimas, las heces, las secreciones vaginales y cervicales, la sangre y el semen, por lo que el contagio puede producirse por varias vías posibles. En cualquiera de los casos, los modos más frecuentes de adquirir la infección por este virus en la comunidad son el contacto con niños infectados y la transmisión sexual.
La enfermedad por CMV puede producirse después del primer contacto con el virus, situación que denominamos primoinfección, o como consecuencia de la reactivación del virus latente, o por una reinfección. El feto contrae la infección por CMV cuando la madre tiene la infección durante el embarazo, sea una primoinfección, una reactivación o una reinfección.
En el caso de que se trate de una primoinfección materna, las posibilidades de que el feto presente la infección son del 40%, mientras que si se trata de una reinfección o una reactivación, las posibilidades de infección fetal son mucho menores (0,2%-2%). Pero el hecho de que exista una infección fetal no significa que necesariamente el feto vaya a presentar efectos a largo plazo. Así, del 40% de fetos que presentan la infección, sólo del 5%-15% presentarán dichos efectos a largo plazo que incluyen, entre otros, sordera, retraso mental, retraso del desarrollo y problemas visuales. En caso de infección recurrente materna, la posibilidad de afectación es menor del 1%, siendo la pérdida auditiva la complicación más frecuente.
Cuando una persona entra en contacto con este virus desarrollará unas defensas o anticuerpos. Las primeras defensas son detectables a los 7-12 días de contraída la infección y son los llamados anticuerpos del tipo Ig M (inmunoglobulina M); posteriormente aparecerán otras defensas, los llamados anticuerpos Ig G (inmunoglobulina G) que permanecerán positivos o persistentes de por vida mientras que las primeras defensas creadas (Ig M) desaparecen de la sangre al poco tiempo de contraer la infección.
En el caso de la infección por CMV, las Ig M tienen la particularidad de que pueden persistir en la sangre un año o incluso más tiempo tras la primoinfección, aún en ausencia de infección activa.
El hecho de que una embarazada presente positivas tanto las Ig M como las Ig G para el CMV, como es tu caso, no indica necesariamente que tenga una infección activa en este momento ya que, como hemos señalado anteriormente, las Ig M permanecen positivas mucho tiempo después de haber contraído la infección y además pueden también hacerse positivas en caso de que la gestante adquiera la infección por otro virus de la familia de los herpes virus. Pero sí obliga a que descartemos que la gestante tenga una infección reciente. Para ello habrá que realizar otras pruebas de laboratorio, como el llamado índice de avidez de la Ig G.
La avidez de las Ig G, es decir, la afinidad con que se unen estos anticuerpos al CMV, aumenta con el tiempo. Si este índice es inferior al 50% se trataría de una infección primaria reciente, mientras que si es superior al 70% indicará una infección pasada.
En caso de que persistiesen dudas sobre si es una primoinfección se pueden determinar los llamados anticuerpos neutralizantes que, en caso de ser negativos, indicarán infección reciente. Esta prueba, sin embargo, no está al alcance de todos los laboratorios ya que requiere técnicas largas y muy laboriosas.
En caso de que se llegase a la conclusión de que la gestante tiene una infección reciente hay que descartar que el feto haya contraído la infección mediante la realización de una amniocentesis después de la 21ª semana de gestación y un cultivo viral y análisis del ADN viral mediante una técnica llama PCR (reacción en cadena de la polimerasa) en el líquido amniótico.
El estudio serológico del CMV no se incluye dentro del cribado rutinario del primer trimestre en la embarazada ya que, a diferencia de la rubéola, el toxoplasma, la hepatitis B, la sífilis y el virus del sida, no disponemos de medidas preventivas o terapéuticas que minimicen el riesgo de transmisión de la infección del CMV al neonato.
Cordialmente,
Dra. Ana Palacios Marqués.