Pregunta
Mi oftalmólogo me recomienda un nuevo tipo de cirugía de cataratas por medio de chorritos de suero llamado acualase, así como la implantación de una nueva lente intraocular con filtro amarillo y multifocal que me permitirá con muchas probabilidades prescindir de gafas para la vista cansada. ¿Es una técnica lo suficientemente probada? ¿Es cierto que las probabilidades de no usar gafas son mayores de un 80-85%? Gracias.
Respuesta
Gracias por depositar su confianza en nuestro servicio de consultas en salud de NetDoctor. La técnica novedosa que le ha aconsejado su oftalmólogo es efectivamente una nueva técnica quirúrgica alternativa a la clásica de la facoemulsión, que se viene utilizando hasta ahora para intervenir la catarata ocular.
La catarata es un proceso patológico ocular que consiste en la opacificación del cristalino, que es la lente natural del ojo situada en su polo anterior, encapsulada por detrás del iris. El cristalino normal es completamente transparente y es flexible, es decir, se dilata o se contrae según sea preciso diverger o converger la luz de la imagen recibida a través de la pupila, con objeto de enfocarla con la adecuada nitidez en la retina. Cuando el cristalino pierde su transparencia la luz no penetra del todo adecuadamente en el globo ocular y la imagen se distorsiona, o simplemente deja de verse, sobreviniendo la ceguera parcial o total del ojo afectado, por una causa meramente física.
Hasta ahora la técnica quirúrgica por excelencia es y sigue siendo la facoemulsión, la cual consiste en fragmentar el cristalino enfermo por medio de ondas de choque (ultrasonidos concretamente) de manera que pueda ser extraído de su cápsula sin dificultad, mediante aspiración. A esto le debe seguir hoy día (antiguamente no se hacía) el siguiente paso de introducir una lente (un cristalino artificial) en dicha cápsula, sustituyendo al retirado, que permita ver con nitidez las imágenes lejanas. Desgraciadamente, no se ha conseguido que, aparte de poder sustituir el cristalino en sí, pueda reproducirse fielmente la función de variación de grosor del mismo según la necesidad de enfoque, lo que permitiría modificar, de manera tan precisa como lo hace el cristalino natural, su poder de refracción de la luz que lo traspasa y con ello aumentar o disminuir la convergencia de los rayos lumínicos que conforman las imágenes. Es decir, el cristalino artificial no suple aún de modo completo la función acomodativa del ojo y es la causa de que las personas que son intervenidas de cataratas luego necesitan gafas de cerca (con amplio poder de convergencia) para leer o realizar cualquier actividad visual que requiera acomodar el ojo a la visión más cercana.
La técnica con acualase sustituye los ultrasonidos por chorros de suero salino a presión, consiguiendo el mismo efecto de fragmentación del cristalino, pero con un menor poder lesivo indeseable sobre estructuras cercanas que pudieran resultar dañadas. Además esta técnica permite realizar una incisión algo menor en el ojo (incluso de tan sólo 2mm) lo que disminuye las complicaciones posibles de infección ocular y favorece además una recuperación más rápida de la visión. Desgraciadamente esta técnica aún se halla en perfeccionamiento y todavía se aconseja únicamente en cataratas de mediana intensidad y no en cataratas del todo maduras (completamente opacas).
Respecto a su segunda consulta sobre el implante de una lente difractiva (de funcionalidad multifocal, similar a las de la gafas progresivas o multifocales) puedo aclararle que se trata de una técnica reciente para corregir la presbicia (visión borrosa de cerca) y que por tanto es muy útil como técnica asociada a la intervención de la catarata, permitiendo al paciente evitar la necesidad de utilizar gafas de cerca tras la intervención. Se puede considerar una técnica considerablemente probada aunque lógicamente aún no existe tanta experiencia con la misma como con otras técnicas. Los porcentajes de éxito, como usted refiere, son bastante elevados y en algunas series internacionales de casos, incluso superiores a los que usted cita.
Cordialmente,
Dr. Alfonso J. Santiago Marí.