Pregunta
Respuesta
En principio no veo relación causal alguna entre la visita a la sauna, la toma de la taza de té y el desencadenamiento de su aborto. Yo diría que se trata de un aborto espontáneo, proceso natural muy frecuente en muchos embarazos. La medicación que le prescribió su ginecólogo, progesterona, es una hormona sexual adecuada para, precisamente, intentar frenar el aborto.
El problema es que muchas mujeres, como usted, se sienten responsables y culpables de la pérdida e intentan buscar causas que lo justifiquen cuando, muchas veces, éstas no existen. No debe culpabilizarse por ello. Pasados unos pocos meses pueden intentar buscar un nuevo embarazo y confiar en que todo vaya bien en esta nueva ocasión.
Esperando haber podido ser de ayuda reciba un cordial saludo,
Dra. Ana Palacios Marqués