Es necesario establecer un horario regular de sueño, sugiere un estudio.

Los niños de 3-4 años que no duermen lo suficiente son más propensos a tener problemas, más adelante, en la niñez, de atención, emocionales y cognitivos.
A los 7 años, los niños insomnes mostraron un rendimiento mental y emocional marcadamente reducido, afirmó la investigadora líder del estudio, Dra. Elsie Taveras, del Hospital Pediátrico General de Massachusetts, en Boston.
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La cantidad de sueño nocturno disminuye conforme crece, de las 15-16 horas de las primeras semanas a las 8-10 horas.
El estudio, publicado en la revista Academic Pediatrics, mostró que tenían "baja capacidad de atención, peor control emocional, peor función ejecutiva en general y más problemas conductuales", dijo. "Se trata de las funciones básicas de la vida del niño y realmente tiene un serio impacto en su rendimiento escolar, en las relaciones con sus compañeros y en casa” añadió.
Las conclusiones surgieron de los datos reunidos en el Project Viva, una investigación a largo plazo en que participa un grupo de niños apuntados al estudio antes de su nacimiento. La mayoría tiene ahora unos 13 años de edad.
Los padres de 1.046 niños del estudio rellenaron cuestionarios con regularidad incluyendo, entre otras cosas, datos sobre las rutinas de sueño de los niños.
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Las recomendaciones respecto al sueño varían según la edad. Como norma, se acepta que los niños de 3 a 4 años necesitan 11 horas de sueño diarias, dijo Taveras. Los niños más pequeños necesitan más, y los mayores, un poco menos.
Cuando los niños cumplieron 7 años, los padres y los profesores rellenaron un cuestionario adicional que evaluaba la "función ejecutiva" de cada niño. La función ejecutiva incluye la atención y el razonamiento, la capacidad del cerebro de procesar la información entrante y responder de forma adecuada, explicó Taveras.
Los informes, tanto de unos como de otros, revelaron asociaciones similares entre una mala función ejecutiva y la falta de sueño regular a partir de los 3 años, encontraron los investigadores.
Varios estudios anteriores han mostrado que el sueño es por completo necesario para una buena función cerebral y su falta podría ser incluso peor para los cerebros en desarrollo de los niños, apuntó Taveras.
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Los padres pueden ayudar a sus hijos estableciendo una rutina regular a la hora de irse a la cama que los prepare adecuadamente para el sueño, dijeron los investigadores.
Puede ser tan sencillo como "baño, libro, cama", dijo Taveras; la clave es la regularidad, incluso los fines de semana.
Taveras añadió que unas cortinas opacas y una habitación fresca y tranquila pueden ayudar a los niños a quedarse dormidos. Conviene evitar la cafeína y el azúcar en las horas finales del día, aconsejó.