Un estudio estadounidense demuestra lo vital de no distraerse al volante. Vídeos grabados en el interior de los vehículos mostraron que los conductores se distrajeron segundos antes de un accidente en más de dos tercios de los casos.

Los conductores estaban claramente distraídos en el 68 por ciento de los accidentes
Los resultados del estudio vinculan el uso de los teléfonos móviles con muchos accidentes, lo que no resulta sorprendente. Pero los investigadores descubrieron también que el riesgo de accidentes aumentó significativamente en función del estado de ánimo del conductor: conducir enfadado, triste, nervioso o lloroso es mala cosa.
"Tenemos ahora pruebas muy claras de que las distracciones siguen siendo un enorme peligro para la seguridad del conductor –y de su entorno– a pesar de las constantes advertencias del peligro de efectuar al volante cualquier actividad distinta de la conducción”, comentó el autor del estudio, Dr. Tom Dingus, del Virginia Tech (Instituto Politécnico de la Universidad Estatal de Virginia) en Blacksburg, EE.UU.
Tres años con una cámara en el coche
No siempre es fácil determinar la causa de un accidente y, para paliar esta dificultad, se recurrió al vídeo, lo que convirtió al estudio en el más amplio de su género.
Los participantes en el estudio permitieron que sus coches se equiparan con cámaras y dispositivos que registraban datos sobre la velocidad y la ubicación de los vehículos. Fueron un total de 3.500 voluntarios, de entre 16 y 98 años de edad, que se sometieron a dichos controles durante un periodo de tres años.
Los investigadores se centraron en 905 accidentes que provocaron lesiones, daños a terceros o ambas cosas. Según sus resultados, casi tres cuartas partes de los accidentes tuvieron que ver con algún tipo de “error humano”, y los conductores estaban claramente distraídos en el 68 por ciento de los casos.
Dingus añadió que "también es el primer estudio en que podemos evaluar la conducción arriesgada mediante la comparación con la conducción atenta y sobria, lo que en el análisis llamamos ‘conducción modelo’".
Mejores conductores
De todas las causas de distracción analizadas en el estudio, comentó, las más peligrosas fueron usar o simplemente coger el teléfono móvil, leer o escribir, intentar alcanzar un objeto y usar los dispositivos táctiles del vehículo. Hablar por el móvil, en concreto, multiplicó por cuatro la probabilidad de sufrir un accidente.
Menos arriesgadas resultaban otras actividades como comer o beber (algo no alcohólico), arreglarse el pelo o buscar una emisora en la radio.
Cabe pensar que el hecho de ofrecerse y consentir que se les filmara, convierte probablemente a los voluntarios en mejores conductores que los no voluntarios. Es una idea aterradora, porque los participantes del estudio a veces tuvieron comportamientos lejos de los óptimos al volante.
El estudio aparece en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences. Puede leer un resumen aquí.