Hay muchos estudios que avalan el vino tinto como benéfico para la salud, fundamentalmente la salud cardiaca en general, por su contenido en resveratrol y antioxidantes.

No solo el vino tinto aporta beneficios
Bueno, pues ahora la estadounidense Academy of Nutrition and Dietetics afirma que el consumo moderado de cerveza tiene ciertos beneficios para la salud.
Es obvio que esto no significa que haya que beber cerveza; es más, hacerlo buscando estos beneficios está absolutamente desaconsejado.
Los beneficios identificados del consumo moderado de cerveza son:
Los riñones
Posiblemente su efecto diurético y su alto contenido en agua conllevan una disminución del riesgo de formación de cálculos (‘piedras’) en el riñón.
El lúpulo, por su parte, podría ralentizar la liberación de calcio de los huesos, factor importante en la formación de piedras renales.
¿Cuánta cerveza?
Consumo moderado: máximo 20 unidades/semana (hombres) y 13 (mujeres)
Una unidad de alcohol: 100 ml de vino o 200 ml de cerveza
Salud cardiaca
La cerveza también contiene polifenoles, con propiedades antioxidantes, que son beneficiosos para el corazón.
Según el estudio, los bebedores de 1 pinta de cerveza diaria (aprox. 470 ml, algo menos de medio litro), tenían un riesgo cardiaco un 42% menor que los no bebedores.
Colesterol
La fibra soluble presente en la cebada, aun en una cantidad baja, ayuda a reducir el nivel de colesterol.
Vitamina B
Una lata de cerveza aporta el 3% de la cantidad diaria recomendada de vitamina B12.
Asimismo, contiene folato, niacina, rivoflavina, ácido pantoténico y vitamina B6.
Efectos del alcohol
Nuestro artículo le aclarará:
- Cómo afectan las diferentes cantidades de alcohol
- Cuándo dará positivo en un control de alcoholemia
Los huesos
Aunque un consumo elevado podría tener efecto contrario, beber moderadamente cerveza aporta silicio, un elemento asociado al fortalecimiento de los huesos.
¿Bebe demasiado?
Haga nuestro test y compruébelo; pero ¡sea sincero!
La densidad ósea de los hombres que bebían una o dos cervezas diarias era entre 3 y 4,5 veces mayor que la de los abstemios