Gastroscopia: examen endoscópico de esófago y estómago

¿Qué es una gastroscopia?

Introducido por la boca, el gastroscopio permite el examen con visión directa del interior del esófago, estómago y duodeno.

Es una exploración del principio del tubo digestivo (esófago, estómago y primera porción del duodeno) que se realiza mediante un gastroscopio, un instrumento en forma de tubo largo y flexible de fibra óptica conectado a una cámara y a una fuente de luz. Introducido por la boca, permite el examen con visión directa de las lesiones en el interior del esófago, estómago y duodeno, y la toma de muestras de tejido si fuese necesario. El gastroscopio puede estar conectado a un monitor de TV, y permite la realización de fotografías, así como la grabación del proceso en cinta de vídeo.

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¿Quiere saber más? Vea nuestra sección 'Aparato digestivo' donde encontrará numerosos artículos relacionados.

    ¿Cómo se realiza una gastroscopia?

    La gastroscopia la suelen realizar gastroenterólogos o cirujanos, en unidades especializadas dentro del hospital o clínica, y en régimen ambulatorio (no requiere ingreso). No es un procedimiento doloroso, pero puede provocar náuseas. Por eso se aplica anestesia local con atomizador sobre la garganta, y puede administrarse un sedante ligero. En este último caso, el paciente no podrá conducir ni manejar maquinaria durante el resto del día.

    El paciente se acuesta sobre su lado izquierdo, y se coloca el extremo del gastroscopio en su boca. Mientras el médico va introduciendo suavemente el endoscopio, el paciente debe ir tragando (la sensación de tragar un pedazo grande de alimento). Al llegar al estómago, es necesario introducir aire para separar sus paredes y poder maniobrar en su interior. Esto puede producir flatulencia (necesidad de eructar). La exploración suele completarse en 10-15 minutos, y el paciente puede dejar el hospital poco después.

    ¿Cuándo se indica la realización de una gastroscopia?

    Es una prueba que solicitará el médico general o el especialista en aparato digestivo o cirugía, dependiendo de los síntomas y de los resultados de otras pruebas. En general, es útil en la investigación de estos síntomas:

    De interés

    Vea nuestra sección 'Pruebas diagnósticas' y lea sobre las más usuales.

      • Dificultad para tragar (disfagia).
      • Dolor y quemazón detrás del esternón (pirosis).
      • Malas digestiones y malestar en el estómago.
      • Dolor o ardor de estómago.
      • Sangrado digestivo.
      • Pérdida de apetito y de peso.

      La gastroscopia es la mejor forma de diagnosticar úlceras de estómago o duodeno, gastritis, hernias de hiato (que son hernias del estómago), y es muy valiosa para detectar tumores de esófago, estómago y duodeno.

      Las lesiones situadas más allá del duodeno suelen quedar fuera del alcance del gastroscopio. En ocasiones es posible tomar biopsias de la parte inicial del intestino delgado, útil en el diagnóstico de la enfermedad celíaca.

      ¿Cuáles son las ventajas de la gastroscopia sobre otros métodos de diagnóstico?

      Las radiografías con contraste oral (bario) del tubo digestivo superior dan buenos resultados en manos de radiólogos expertos, y son menos incómodas que la gastroscopia. Sin embargo, la gastroscopia es más exacta, al permitir la visión directa de la lesión desde el interior del tubo digestivo y permitir, además, la toma de muestras de tejido para su examen microscópico (biopsia).

      ¿La gastroscopia tiene otras utilidades además del diagnóstico?

      Cada vez se realizan más intervenciones para tratar enfermedades digestivas a través del gastroscopio:

      • Coagulación de úlceras sangrantes de estómago y duodeno
      • Extirpación de pólipos y pequeños tumores de la mucosa del esófago o estómago
      • Dilatación de estrechamientos por cicatrización inflamatoria del esófago
      • Colocación de tubos expansibles para dilatar tumores del esófago o estómago que no son extirpables, y para permitir la alimentación oral.
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      ¿Cuáles son las complicaciones de la gastroscopia?

      La gastroscopia es un procedimiento muy seguro, y sus complicaciones son excepcionales. Éstas incluyen la perforación digestiva y la hemorragia, y están en relación con intervenciones más complejas durante la endoscopia (como la extirpación de pólipos o la dilatación de zonas estrechas).

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