Excitación sexual: problemas, el trastorno orgásmico

¿Qué es el orgasmo?

El orgasmo se traduce en medicina como el grado máximo de excitación y culminación del placer sexual. El orgasmo representa el clímax de un acto sexual, después de una excitación previa, física y mental.

Se pueden llegar a tener varios orgasmos en un solo acto sexual, pero no todo el mundo llega a alcanzar el orgasmo. Diferentes estudios realizados sobre este aspecto estiman que aproximadamente el 50% de las mujeres y hombres experimentan de manera regular el orgasmo durante el coito, pero un 5% no lo alcanza durante toda su vida.

En principio, no alcanzar el orgasmo por una parte de la pareja o ambas no debe suponer un problema. Es muy común no llegar al orgasmo durante el acto sexual pero si no se habla más de ello con las personas de nuestro entorno próximo es porque en general se considera un tema “tabú”.

De hecho, existe un número notable de hombres y mujeres que padecen un trastorno orgásmico.

Trastorno orgásmico

El trastorno orgásmico consiste en el retraso o ausencia persistente o recurrente de orgasmo después de una fase de excitación normal, que puede evolucionar hasta convertirse en un proceso crónico.

En líneas generales, se diferencia entre el trastorno orgásmico femenino y el trastorno orgásmico masculino, y habitualmente el componente psicológico en ambos suele ser muy importante, afectando en gran manera a la autoestima de la persona que lo padece.

De todas maneras, previamente deben descartarse como origen tanto las causas orgánicas o físicas, como la toma de algunos fármacos o tóxicos, legales e ilegales. Su médico de cabecera puede descartar primero la existencia de problemas físicos o el efecto secundario de fármacos y seguidamente, si estima que predominan los factores psicológicos, puede sugerir acudir a un psiquiatra o sexólogo, para realizar una terapia individual o de pareja.

Trastrono orgásmico femenino

El diagnóstico del trastorno orgásmico femenino debe emitirse si el médico considera que la capacidad orgásmica de la mujer no se corresponde con su edad, con la experiencia sexual y con la estimulación sexual recibida. Es importante la historia clínica y la exploración para establecer si la causa es psicológica, física o por ambas.

Las causas por las que una mujer no puede alcanzar el orgasmo son diversas. Dentro de las causas físicas podemos encontrar los cambios fisiológicos posmenopáusicos no tratados, como pueden ser atrofia de la mucosa vaginal y su sequedad. Otras serían algunos problemas ginecológicos como cistitis o endometriosis; problemas sistémicos como diabetes, hipotiroidismo o esclerosis múltiple; la toma de medicamentos como algunos antihipertensivos y antidepresivos; e incluso la cirugía ablativa, como mastectomía o histerectomía, que llega a afectar gravemente a la autoimagen sexual de la mujer. En estos casos, el componente sería mixto, tanto físico como psicológico.

Dentro de las causas psicológicas, encontramos desde la escasa comunicación sexual con la pareja a un conflicto dentro de la relación, o un episodio depresivo o de estrés excesivo. Asimismo existen personas con miedo a la intimidad, desconocimiento de la propia anatomía y de la función genital, en especial del clítoris y el desconocimiento de la eficacia de la estimulación y técnicas del compañero sexual.

Otros motivos que pueden ser causa del trastorno orgásmico son el miedo a perder el control y a depender del compañero sexual.. No se deben dejar de lado los factores ambientales, pues en demasiadas ocasiones se mantienen relaciones sexuales en lugares no adecuados para la realización del coito, aunque esto es más una consideración individual o de pareja.

Trastorno orgásmico masculino

En el trastorno orgásmico masculino, igualmente hay que tener en cuenta la edad del individuo y si la relación sexual es adecuada en cuanto a la estimulación, intensidad y duración. El trastorno orgásmico puede deberse a una enfermedad física o al consumo de sustancias como alcohol, opiáceos, antihipertensivos, antidepresivos o antipsicóticos.

El estado emocional del varón, desde una depresión o estado de ansiedad a un enfado, culpa e incluso aburrimiento, puede inhibir el deseo, la excitación y el orgasmo, aunque se logre la erección. Una insuficiencia eréctil puede producir mayor malestar que las dificultades orgásmicas.

Si no se alcanza el orgasmo de una forma habitual y esto produce algún tipo de desánimo o problema dentro de la pareja, se debe buscar la ayuda necesaria consultando al médico de confianza, ya que en numerosas ocasiones la causa es detectable y tratable.

Deben tratarse de forma específica los trastornos físicos si estos son la causa y, del mismo modo, la toma o el abuso de ciertas sustancias, tanto medicamentos como tóxicos. Si predominan los factores psicológicos, ayuda el consejo de un psiquiatra o sexólogo para eliminar o reducir las causas, atendiendo si es posible a los dos compañeros sexuales.

Ejercicios de estimulación sexual en la mujer

La mujer debe comprender la función de sus órganos sexuales y su respuesta, incluyendo los mejores métodos para la estimulación del clítoris y para incrementar la sensibilidad vaginal. Entre las indicaciones se considera la ejercitación de los músculos pubo-coxígeos o ejercicios de Kegel, promover la autoobservación del cuerpo, el autoexamen de los genitales, la localización de las áreas más erógenas, la autoestimulación, las fantasías sexuales, la focalización sensorial no genital, la masturbación en presencia de la pareja y la participación activa de la pareja, manteniendo entre ambos una comunicación sexual fluida. Todo ello con el objetivo de avanzar en el conocimiento sexual mutuo.

Los “ejercicios de Kegel” refuerzan el control voluntario de los músculos pubocoxígeos y consisten en la contracción de estos músculos de 10 a 15 veces seguidas, tres veces al día. En 2 ó 3 meses se logra mejorar el tono muscular perivaginal con el consiguiente aumento del control de las sensaciones y la calidad del orgasmo.

En esta línea también es recomendable el “Programa de Graber” para el tratamiento de la disfunción orgásmica en la mujer y cuyo objetivo es llegar a conseguir el orgasmo en solitario mediante la masturbación, para posteriormente generalizar esta habilidad con el compañero sexual. Se trata de reconocer el propio cuerpo, entrenando posteriormente la contracción del músculo pubocoxígeo y la masturbación pasando al uso del vibrador y abandonándolo posteriormente por ejercicios de estimulación vaginal.

Pronóstico

El pronóstico en la mayoría de los casos de trastorno orgásmico es bueno, obteniéndose resultados positivos en aproximadamente tres cuartas partes de los pacientes tratados.

Publicidad

.

¿Le ha parecido interesante?

73 votos, media: 4.37 sobre 5

Comparta en Redes Sociales