¿Qué es la tiña de los pies?
Es una infección de la piel de los pies causada por un tipo de hongos llamados dermatofitos. El nombre científico es tinea pedis.

La infección se ve favorecida por una humedad persistente en los pies, lo que se ve agravado con el uso frecuente de calzado de deporte.
Los dermatofitos son hongos que sólo se presentan como parásitos en estructuras con queratina, es decir, epidermis (es la capa más superficial de la piel), pelo y uñas. Tienen su reservorio natural en la piel y pelo del hombre y los animales, y en el suelo rico en tales desperdicios. A partir de estas fuentes se pueden contagiar el hombre y los animales. Según su reservorio natural se clasifican en:
Hongos antropofílicos
Únicamente son parásitos del ser humano. Sólo se transmiten de persona a persona. Producen grandes epidemias en medios urbanos por contacto en duchas, piscinas, colegios, etc. Las lesiones son poco inflamatorias.
Hongos zoofílicos
Habitan normalmente sobre los animales. Ocasionalmente pueden presentarse en el ser humano o encontrarse en el suelo. Producen epidemias familiares en personas en contacto con animales infectados. Son poco contagiosas de persona a persona o por la ropa. Las lesiones suelen ser inflamatorias.
De interés
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Hongos geofílicos
Viven en el suelo alimentándose de restos de queratina de animales. Aunque es raro pueden aparecer en el ser humano directamente o por medio de animales, produciendo tiñas inflamatorias.
Pie de atleta
El término "pie de atleta" no es sinónimo de tiña de los pies. El "pie de atleta" es un término más amplio y engloba las infecciones de la piel por hongos dermatofitos (tiña de los pies), hongos no dermatofitos (cándidas), y por bacterias. Afecta generalmente a los espacios interdigitales y su origen suele ser un aumento de la sudoración subyacente.
Trichophyton rubrum
La mayoría de las veces la tiña de los pies está causada por Trichophyton rubrum, Trichophyton mentagrophytes y Epidermophyton floccosum.
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¿Cómo se produce la infección?
La tiña de los pies es la infección por hongos más frecuente del mundo. Se considera una afección del ser humano civilizado relacionada con el uso de calzado.
Es posible aislar hongos en los espacios entre los dedos de los pies en personas sin la enfermedad. En condiciones apropiadas (calor, humedad, traumatismo) puede sobrevenir una infección con aparición de sintomatología a partir de los hongos existentes previamente.
¿Quiénes tienen un mayor riesgo?
Ocurre primordialmente en adultos aunque también puede aparecer en niños.
Varios factores pueden predisponer a la tiña de los pies, entre ellos:
- La residencia en climas calurosos con humedad alta que originan sudoración de los pies, la cual elimina los lípidos de la superficie de la piel (que son protectores frente a las infecciones).
- Las situaciones en que hay fuentes externas de humedad en el ambiente favorecen la infección.
- El uso común de baños, duchas, piscinas o calzado facilita la diseminación de la infección.
- El calzado en sí, sobre todo si es oclusivo, favorece la infección. La enfermedad no ocurre en culturas en las cuales no se utiliza calzado.
- Los zapatos de plástico hacen a la persona especialmente vulnerable.
- Las personas con disminución de las defensas (inmunodeficiencias) como los diabéticos o las personas con enfermedad por VIH (virus de la inmunodeficiencia humana), tienen mayor riesgo de adquirir la enfermedad.
- Es muy frecuente en jóvenes deportistas, atletas o personas que debido a su trabajo están obligados a vestir calzado de goma ajustado.
¿Cuáles son los síntomas?
Existen varias formas de presentación habituales:
Forma intertriginosa o interdigital (afectación de los espacios entre los dedos)
Es la forma más habitual de presentación. La afección es más frecuente en los espacios entre los dedos cuarto y quinto, seguida del de los dedos tercero y cuarto. La piel afectada aparece blanca y macerada, con erosiones y fisuras de color rojo y con tendencia a extenderse por los dedos y por la planta del pie. Suele encontrarse aumento de la sudoración. Puede aparecer picor y olor fétido.
Forma vesiculoampollar
Aparecen vesículas (vejigas llenas de líquido) o ampollas, afectando fundamentalmente a los dedos de los pies. Suele acompañarse de engrosamiento de la piel de las plantas, escozor y maceración.
Forma escamosa o hiperqueratósica, también llamada "en mocasín"
Aparece descamación fina, con escamas de color blanco plateado sobre un fondo rojo y con engrosamiento de la piel de la planta, el talón y los lados de los pies. Tiende a ser crónica y no siempre aparecen síntomas.
La infección puede extenderse a las uñas o a otras partes del cuerpo a partir de estas localizaciones.
¿Cómo se diagnostica?
Algunas enfermedades de la piel muestran síntomas similares aunque requieren tratamientos completamente diferentes. Por lo tanto, a veces, el diagnóstico inicial debe ser confirmado con pruebas de laboratorio, aunque no siempre son necesarias. Para las pruebas de laboratorio se puede realizar un raspado de las lesiones para realizar un examen directo por el microscopio y un cultivo.
Algunas enfermedades que pueden plantear confusión con la tiña de los pies son:
- Infecciones por otros hongos (cándidas)
- Eczema dishidrótico
- Psoriasis
- Dermatitis de contacto
¿Cuál es el tratamiento?
En la mayoría de las ocasiones es suficiente con tratamiento tópico. Para las infecciones más generalizadas, puede ser necesario realizar tratamiento por vía general (vía oral). Los medicamentos más utilizados son: derivados imidazólicos (itraconazol, ketoconazol, clotrimazol, etc.), ciclopiroxolamina y alilaminas (terbinafina, naftifina). Además, se recomienda utilizar simultáneamente y de forma prematura polvos azólicos en calcetines y calzado.
¿Qué medidas se pueden tomar en casa?
- Higiene personal. Lavar frecuentemente los pies secándolos adecuadamente antes de ponerse los calcetines y el calzado. Secar muy bien las zonas entre los dedos.
- Tomar medidas de precaución en lugares públicos como piscinas, gimnasios, duchas, etc.
- Uso de calzado adecuado que permita la transpiración del pie.
- Utilizar calcetines de algodón o de lana. Cambiarlos frecuentemente y siempre que estén húmedos.