Sarcoidosis

¿Qué es la sarcoidosis?

La sarcoidosis es una enfermedad de origen desconocido, no infecciosa, que interesa varios órganos. Suele afectar más frecuentemente a los pulmones y la piel aunque pueden estar comprometidos los ganglios linfáticos, hígado, bazo, corazón, ojos o sistema nervioso central. Afecta comúnmente a individuos jóvenes o de edad media y es una enfermedad poco frecuente.

La sarcoidosis suele afectar frecuentemente a los pulmones, aunque puede afectar a otros órganos

La lesión base es el granuloma o cúmulos celulares.

¿Cuáles son los síntomas de la sarcoidosis?

Los síntomas están relacionados con el órgano afectado, y pueden ser:

  • Malestar general o pérdida de peso
  • Tos
  • Dificultad para respirar
  • Fiebre
  • Dolores o inflamaciones articulares
  • Afectación de la piel, como el eritema nodoso
  • Afectación ocular como uveítis (inflamación ocular caracterizada por dolor, ojos rojos y susceptibilidad a la luz, puede acompañarse también de pérdida de visión).

¿Cómo puede diagnosticarla el médico?

Mediante una radiografía de tórax se pueden visualizar infiltrados o grumos en los pulmones y aumento de los ganglios. El escáner o TAC y la gammagrafía ayudan a apreciar mejor estas anomalías.

Se detecta anemia y disminución de las defensas en los análisis de sangre así como niveles de calcio en sangre ocasionalmente elevados. En el control de la misma resultan de utilidad las determinaciones de enzima conversora de angiotensina, que es producida por los granulomas.

Se puede realizar una broncoscopia con lavado bronquial para poder confirmarla. A veces es necesario realizar una biopsia de piel o de los ganglios.

¿Cómo se puede tratar esta enfermedad?

Cuando no produce síntomas no es necesario tratarla. Si es necesario se pueden usar tratamientos específicos para las manifestaciones pulmonares o de la piel según la clínica. Suelen utilizarse corticoides tanto orales como locales. A veces son necesarios los inmunosupresores. No es necesaria ninguna limitación de la actividad habitual aunque se deben evitar comidas con un contenido elevado de calcio.

Evolución

El curso y la evolución de esta enfermedad son variables y se relacionan en gran medida con la forma en que se inician.

La mayoría de las personas con esta enfermedad se curan espontáneamente en el curso de 1 ó 2 años. Un pequeño porcentaje tendrá alteración crónica pulmonar, que en casos extremos puede llegar a precisar un transplante pulmonar.

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