Relaciones sexuales dolorosas

¿Quién siente dolor durante las relaciones sexuales?

La mayoría de las consultas por dispareunia, es decir, dolor que aparece con las relaciones sexuales, es por la parte femenina de la pareja.

Generalmente son las mujeres quienes tienen dolores durante las relaciones; en los hombres es raro.

Los hombres no suelen sentir dolor durante las relaciones sexuales, a menos que sufran fimosis, esto es, incapacidad de retraer el prepucio adecuadamente, o bien tienen molestias al intentar la penetración cuando la vagina de la mujer no está suficientemente lubricada. Algunos hombres pueden comenzar a sentir molestias a medida que sus parejas van envejeciendo, ya que durante la menopausia, la mujer va perdiendo la capacidad de lubricar la vagina, momento en el cual deben comenzar a utilizar lubricantes.

De interés

¿Qué causas existen para tener relaciones sexuales dolorosas?

La dispareunia puede ser debida a factores anatómicos, a trastornos locales, o a factores psicológicos.

En la mayoría de los casos, estos factores van a determinar diferentes tipos de dolor.

Factores anatómicos

Las dificultades de penetración por un problema anatómico pueden ser debidas a la existencia de un himen rígido, de estrechamiento a nivel de la luz vaginal por problemas congénitos, como tabiques vaginales, o por problemas adquiridos posteriormente a un acto quirúrgico (como la reparación de una episiotomía tras un parto, que es el corte vaginal que debe realizar el obstetra para facilitar la salida del bebé).

El dolor con la penetración profunda del pene es originado más probablemente a causa de factores pélvicos patológicos, debiendo descartarse una enfermedad pélvica inflamatoria, adherencias secundarias a la cirugía abdominal, endometriosis, embarazo ectópico, quiste de ovario, etc.

Por ello, debe consultar al ginecólogo cuando experimente dolor en sus relaciones sexuales.

Factores locales

El dolor al comienzo de la relación sexual que produce escozor y/o quemazón, puede ser causado por infecciones a nivel vulvar, en particular, la tricomoniasis, las cándidas, y las bartolinitis o inflamación de las glándulas de Bartholino de la vulva.

Consultas al médico

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    También puede estar motivado por el uso de desodorantes, geles de baño o lubricantes, así como por el empleo de espermicidas utilizados durante la relación sexual; todos estos factores pueden ser los responsables de una inflamación en la zona.

    En otras ocasiones, las molestias pueden ser debidas a infecciones urinarias.

    Cuando presente este tipo de alteraciones debe acudir a su médico de cabecera, quien le tomará un cultivo del flujo vaginal y de orina; ambas pruebas irán encaminadas a detectar el germen en cuestión para así poder administrar posteriormente el tratamiento más adecuado.

    Otro factor local es la sequedad vaginal, provocada por una penetración prematura (inadecuado tiempo de espera en la fase de excitación) o por escaso nivel de estrógenos, como sucede en la menopausia.

    Factores psicológicos

    La dispareunia en ausencia de factores anatómicos o locales puede ser debida a factores psicológicos.

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      Cuando son duraderos y muy profundos, los factores psicológicos pueden desembocar en un trastorno denominado vaginismo. Éste consiste en espasmos involuntarios de los músculos pélvicos, situados en la entrada de la vagina, que se producen en cuanto el pene o cualquier otro objeto se aproximan a dicha región genital.

      En su forma leve, el vaginismo causa dispareunia; en su forma más grave impide la penetración. Ésta suele ser una de las causas de los matrimonios no consumados.

      Con frecuencia, las mujeres sufren este problema durante años sin buscar tratamiento, de hecho algunas sólo consultan cuando desean tener descendencia.

      En nuestras consultas vemos casos de pacientes que llegan a manifestar una aversión total hacia cualquier contacto sexual, o por el contrario, que disfrutan del sexo mientras sean respetadas a nivel vaginal.

      El vaginismo suele estar intrínsecamente relacionado con la educación sexual recibida por la mujer, la cual, en ocasiones, sufre sentimientos de culpa, de temor, cólera y/o pérdida de control.

      En ocasiones detrás del vaginismo nos encontramos con historias de violación, de abusos sexuales en la infancia u otros conflictos sexuales.

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      ¿Tiene tratamiento el vaginismo?

      Toda mujer que sufre vaginismo debe acudir sin demora a solicitar ayuda a un especialista. El tratamiento del vaginismo es por lo general muy satisfactorio y consiste en primer lugar, en hablar de su educación sexual, de sus miedos, y de la posibilidad de haber sufrido abusos sexuales de toda índole.

      El tratamiento puede aplicarlo un psicólogo especializado en problemas sexuales (sexólogo), o bien un médico especialista, que además de usar la palabra como terapia, recomendará el uso de dilatadores de distintos tamaños. Con ellos irá explorando poco a poco la amplitud de la vagina de la paciente y, así, ella comprobará por sí misma que su vagina es flexible y que admite la penetración.

      Además, el especialista le resolverá las dudas que se presenten respecto a la mecánica del acto sexual, y le explicará como ella sola puede llegar a explorarse.

      En estas situaciones conviene que a esta terapia psicosexual acuda la pareja, para que le ayude a comprender su problema, y pueda también apoyarla en los progresos que vaya consiguiendo.

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