Malaria

¿Qué es la malaria?

La malaria, o paludismo, es una enfermedad propia de zonas tropicales de la tierra. Está causada por un parásito llamado Plasmodium. Se trasmite generalmente por la picadura de la hembra infectada de ciertos mosquitos.

El mosquito Anopheles, transmisor de la malaria (o paludismo).

La persona enferma puede tener síntomas diversos, de los cuales los más típicos son los accesos intermitentes de fiebre. Son también frecuentes cansancio, diarrea y otros, similares a los de la gripe. Ante estas manifestaciones se debe sospechar siempre la posible existencia de la malaria y se han de hacer lo antes posible pruebas para confirmarla si el paciente ha estado en una zona de riesgo durante el último año.

La malaria es una de las causas infecciosas de enfermedad y muerte más importantes en el mundo. Se estima que se producen de 300 a 500 millones de casos cada año con 1,5 a 2,7 millones de fallecimientos por su causa.

Actualmente la malaria es muy frecuente en amplias zonas tropicales y subtropicales. En España existió en el pasado, pero no en la actualidad (los casos que ahora se producen son importados), por lo que es importante prevenirla en las personas que viajan a zonas de riesgo.

La malaria es una de las causas infecciosas de enfermedad y muerte más importantes en el mundo. Se estima que se producen de 300 a 500 millones de casos cada año con 1,5 a 2,7 millones de fallecimientos por su causa.

Actualmente la malaria es muy frecuente en amplias zonas tropicales y subtropicales. En España existió en el pasado, pero no en la actualidad (los casos que ahora se producen son importados), por lo que es importante prevenirla en las personas que viajan a zonas de riesgo.

¿Cuál es la causa de la malaria?

La malaria está causada por diferentes especies de protozoos parásitos del género Plasmodium, que son pequeños microorganismos unicelulares que tienen como huésped al hombre y a ciertas especies de mosquitos del género anopheles.

Existen cuatro tipos diferentes de Plasmodium:

  • Plasmodium falciparum, que suele provocar las formas más graves de la enfermedad y es generalmente más resistente a los fármacos que se usan para el tratamiento.
  • Plasmodium vivax
  • Plasmodium ovale
  • Plasmodium malariae.

El parásito tiene diferentes etapas en su ciclo vital, que se desarrolla en el ser humano y en el mosquito, y es similar en las cuatro especies.

¿Cómo se contrae la malaria?

Cuando una persona padece malaria tiene parásitos en su sangre. Si una hembra de mosquito anofeles pica a esa persona para alimentarse de su sangre, el plasmodio pasará a su aparato digestivo, donde se desarrollará. Cuando este mosquito pica a otra persona, le transmitirá el parásito.

En el ser humano, una vez inoculado, el parásito viaja por la sangre hasta el hígado, donde invade sus células (los hepatocitos) y en ellas madura y se multiplica, para acabar invadiendo los glóbulos rojos (que son las células de la sangre que transportan el oxígeno).

Otro modo de transmisión de la malaria son las transfusiones con sangre que contenga parásitos, o el uso de agujas contaminadas.

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    ¿En qué lugares hay malaria?

    Las zonas del mundo en las que existe esta enfermedad coinciden con los lugares en los que vive el mosquito anofeles. Hay amplias zonas de América y de Europa en las que hubo paludismo en un pasado no muy lejano. En la actualidad la malaria se produce en América Central, América del Sur (excluidas sus latitudes más meridionales), África (excepto en sus regiones más al norte y al sur), sur de Asia (desde el Oriente Medio hasta sus regiones más orientales) y algunas islas de Oceanía.

    El Plasmodium falciparum es propio de zonas cálidas, mientras que las otras tres especies pueden encontrarse en lugares más templados.

    La enfermedad aguda la producen más frecuentemente Plasmodium vivax y Plasmodium falciparum. En ocasiones hay infecciones mixtas (producidas por más de una especie).

    Se conocen casos debidos a mosquitos "importados" en aviones y que han picado a personas, generalmente cerca de aeropuertos (paludismo de aeropuerto).

    ¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad?

    Las manifestaciones clínicas no comienzan inmediatamente después de la picadura, sino que ha de transcurrir un período de tiempo hasta que se multipliquen los parásitos e invadan la sangre del enfermo. Este período (de incubación) suele durar unos 10 a 17 días si se trata de Plasmodium vivax o Plasmodium ovale, aunque en ambos casos puede prolongarse hasta algunos años. La enfermedad por Plasmodium falciparum suele manifestarse unos 8 a 11 días después de la picadura, o a veces meses más tarde. El período de incubación de Plasmodium malariae suele ser el más largo (18 a 40 días), prolongándose a veces hasta 30 años.

    La manifestación clínica más importante de la malaria es el "ataque", que se relaciona con la rotura de numerosos glóbulos rojos, que más o menos periódicamente provocan los parásitos.

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    ¿Cuáles son las características del ataque de malaria?

    El ataque de malaria suele tener 3 fases:

    • Una primera fase de frío o escalofríos, que dura de 15 minutos a varias horas.
    • Una segunda fase en la que se produce fiebre alta, con poca sudoración y que se puede acompañar de tos, dolor de cabeza o abdomen, nauseas, vómitos, etc. Este período suele durar de 2 a 6 horas.
    • Una tercera fase de profusa sudoración con descenso de la temperatura, cansancio acusado y sopor.

    El descrito es el ataque habitual de malaria, y no se produce en todos los casos, pero cuando se produce se repite aproximadamente cada 48 horas o cada 72, según el parásitro de que se trate. El Plasmodium falciparum suele producir más bien fiebre continua o en ciclos irregulares.

    Los ataques disminuyen a lo largo de varias semanas si el paciente desarrolla resistencia al parásito, pero si se administra un tratamiento adecuado, la fiebre y los parásitos pueden desaparecer en unos pocos días.

    En el caso mas grave (malaria por Plasmodium falciparum), la enfermedad es diferente en poblaciones inmunes y no inmunes. El desarrollo de inmunidad suele requerir picaduras diarias del mosquito durante varios años, por lo que los nativos de zonas de paludismo pueden tenerla ya desde niños, pero no los visitantes de países sin malaria (España, entre ellos). En los sujetos no inmunes, el número de parásitos en la sangre es más elevado y es mayor el riesgo de complicaciones y de muerte.

    La "malaria maligna" que puede provocar el Plasmodium falciparum, puede evolucionar con numerosas complicaciones como, por ejemplo:

    • Hipotensión (disminución de la presión arterial de la sangre) y hasta shock
    • Fracaso renal
    • Hemorragias
    • Afectación del hígado
    • Convulsiones y coma
    • Edema de pulmón
    • Coagulación intravascular diseminada.

    En ocasiones la enfermedad lleva rápidamente a la muerte.

    Malaria cerebral

    La malaria maligna puede afectar al cerebro y al resto del sistema nervioso central. Es especialmente frecuente en niños y otras personas no inmunes con paludismo grave. Se producen alteraciones en el nivel de conciencia, parálisis, convulsiones y hasta coma.

    Coloración oscura de la orina

    En la malaria maligna a veces se destruyen una gran cantidad de glóbulos rojos y la hemoglobina (que es un pigmento que contienen en su interior) se elimina por la orina, que toma un color oscuro (como el del coñac).

    Complicaciones tardías

    Si una persona con una forma benigna de malaria no es tratada, puede presentar a la larga anemia, o aumento del tamaño del bazo.

    Resistencia a la malaria

    La inmunidad a la malaria se desarrolla muy lentamente, y además se pierde con rapidez. Los niños que viven en zonas endémicas (donde hay paludismo) suelen tardar 4 a 5 años en desarrollar inmunidad. Los visitantes que llegan a estas zonas no habrán desarrollado inmunidad y por tanto necesitan protección. Los originarios de países con malaria deben protegerse cuando vuelven a ellos, ya que la inmunidad se pierde rápidamente.

    Se está investigando en vacunas que proporcionen protección frente al paludismo, pero aún no existe ninguna que sea altamente efectiva.

    Se estima que cada 30 segundos fallece un niño en zonas endémicas a causa de la malaria.

    ¿Qué se puede hacer?

    En España, el riesgo de contraer paludismo es prácticamente nulo. Si va a visitar zonas tropicales o subtropicales debe sopesar las probabilidades de contraer malaria. Debe consultar con un médico cualificado al planear su viaje. Además, puede que en el lugar al que se va a desplazar existan otros riesgos para su salud, respecto a los cuales deba tomar medidas de prevención.

    En cualquier caso, si viaja a una región donde la malaria es prevalente, debe tomar medicación profiláctica (quimioprofilaxis) frente al parásito y medidas para evitar las picaduras de los mosquitos.

    En España se puede consultar en diferentes organismos dependientes de Sanidad Exterior o de cada Comunidad Autónoma. Por ejemplo, en Madrid se proporciona información en el Área Funcional de Sanidad (Tlf: 914 016 839/914 021 663). C/ Francisco Silvela, 57.

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    ¿Cómo se diagnostica la enfermedad?

    Los síntomas de la malaria son similares a los de otras enfermedades infecciosas. Debe consultar con el médico si se encuentra enfermo y ha viajado al extranjero, especialmente si ha ido a los trópicos en el último año.

    El diagnóstico de la enfermedad se hace estudiando una muestra de sangre al microscopio. Un observador experto identificará el parásito y generalmente también su especie, y podrá contar su número. (A veces, el número de parásitos es muy pequeño y la prueba ha de repetirse).

    Existen otras técnicas que permiten detectar en el laboratorio y a partir de muestras de sangre componentes del parásito (proteínas o ácidos nucleicos).

    Tratamiento

    Normalmente el tratamiento requerirá el ingreso en un hospital, pues pueden surgir complicaciones o tratarse de una forma maligna.

    • El tratamiento adecuado requiere saber excatamente de qué tipo de parásito se trata, pues en algún caso los fármacos que se administran son diferentes. También se debe saber si el enfermo estaba haciendo algún tipo de profilaxis para la enfermedad y en que lugar la adquirió.
    • En algunas zonas existen plasmodios resistentes a algunos de los medicamentos que utilizamos para el tratamiento (en general, el Plasmodium falciparum es más resistente).
    • Se debe evitar tratarse uno mismo en casos de malaria, aunque a veces, por no disponerse de asistencia médica, no quedará otro remedio.
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