Lactancia: ¿materna o artificial?

¿Qué es mejor?

La leche materna es sin duda el mejor alimento para el recién nacido. Sin embargo, no todas las mujeres pueden dar el pecho. Por ejemplo, algunas mujeres que hayan sufrido operaciones de la mama pueden tener dificultades para la lactancia. Afortunadamente, hay gran número de instrumentos para ayudar a la lactancia materna en el mercado. Solicite información a su médico, matrona o enfermera.

Las madres tienen derecho a elegir lo que crean que es mejor para ellas y sus hijos, no sin antes buscar toda la información.

También hay mujeres que, por diversas razones, no desean dar el pecho. Hablar sobre ello con el ginecólogo, con la matrona o la enfermera puede ayudar a que desaparezcan temores u objeciones, o para conocer posibles alternativas.

Las madres tienen derecho a elegir lo que crean que es mejor para ellas y su hijo. Sin embargo, se las anima a que busquen toda la información posible, para que puedan tomar su decisión basándose en hechos reales y no en suposiciones.

¿Por qué es mejor la lactancia materna?

Dar el pecho es la manera natural de alimentar al niño. La naturaleza ha creado una manera inteligente de tener la leche en el sitio adecuado, a la temperatura adecuada y con la composición correcta.

La leche materna contiene exactamente la cantidad adecuada de nutrientes que el niño necesita y en una forma en la que los puede digerir fácilmente. Esto quiere decir que el niño no tendrá problemas digestivos como el estreñimiento, por ejemplo.

La leche materna además contiene importantes anticuerpos (células que combaten enfermedades) que ayudan a proteger al lactante de las infecciones durante los primeros meses de vida. Esto significa, por ejemplo, que será más difícil que el niño padezca un resfriado.

Si existe una historia familiar de alergia, la lactancia materna tiene otra función importante. La leche materna raramente produce alergia. Si el niño es alimentado con leche materna al menos 6 meses y preferiblemente 12, no está expuesto a los alergenos (sustancias que causan las alergias) de otros productos lácteos. Retrasando la introducción de alergenos en el organismo del niño hasta que sea más maduro, se reduce el riesgo de desarrollar alergia.

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La lactancia materna no es sólo una forma de comer para el niño, es también un momento relajante y agradable para la madre y su hijo. Cuando las madres dan el pecho, crean y mantienen un estrecho contacto con su hijo. Mientras dan el pecho las madres mantienen automáticamente un contacto visual y táctil con su hijo. Al mismo tiempo, el niño escucha el latido del corazón de su madre, su respiración y voz familiar y tranquilizadora.

La lactancia materna es fácil, increíblemente práctica y es gratis. No es necesario preparar la leche, esterilizar los biberones o preocuparse por la temperatura y la composición de la leche. La leche está lista y a mano, incluso de noche.

¿Está bien usar leche en polvo?

Actualmente hay una gran cantidad de leches diferentes en el mercado. Los estudios demuestran que no existen grandes diferencias en el valor nutricional o alimentario de los diferentes productos. Si una madre no puede o no desea dar el pecho a su hijo, no debe preocuparse. La leche artificial también es suficiente.

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    • Es importante comprar la leche correcta para la edad del lactante. Es también muy importante cuando se realiza la preparación de la fórmula usar la cantidad correcta de polvo para el peso del niño. Las cantidades correctas se muestran en la etiqueta. Use la medida que viene en los botes. Una medida significa una medida rasa. Si la mezcla está muy concentrada o muy diluida el niño puede enfermar.
    • Si se usa leche en polvo es importante la limpieza y la higiene. Las tetinas y biberones necesitan ser esterilizados y hervidos diariamente. Al preparar la leche usar siempre agua hervida, y tibia. Se pueden preparar varios biberones cada vez, pero recuerde que si el agua está caliente debe enfriar la mezcla en el grifo del agua fría directamente. Los biberones preparados se pueden guardar en la nevera pero nunca más de un día. Si el niño no termina un biberón, deseche el resto. Los restos que hayan estado a temperatura ambiente durante más de una hora también deben desecharse.
    • No guarde nunca la leche en un termo porque puede producir molestias de estómago. La leche está a 37ºC y a esta temperatura las bacterias crecen rápidamente.
    • El termo puede usarse para llevar el agua hervida cuando se va a dar el biberón al niño fuera de casa, pero el polvo sólo se añadirá en el momento de dar el biberón. No olvide enfriar el biberón antes de dárselo al niño.
    • La temperatura debe ser de 37ºC. La forma más fácil para la madre de comprobar la temperatura es poner unas gotas en el dorso de la mano o en el brazo. La leche no debe estar ni fría ni caliente. Si no está segura, use un termómetro.
    • Si utiliza un microondas para calentar los biberones, sepa que la leche del centro del biberón puede estar mucho más caliente que la de las paredes. Agite el biberón bien antes de comprobar la temperatura. Compruébela siempre cuidadosamente.
    • El niño que se alimenta con biberón también necesita cercanía y contacto. Por eso las madres que alimentan a su hijo con biberón deben cogerle y hablarle mientras mantienen contacto visual y táctil. Si al lactante se le da el biberón en su cuna, pierde el contacto y la proximidad que son tan importantes para su bienestar y desarrollo.
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