Este artículo es traducción del artículo publicado en el Harvard T.H. Chan School of public Health

Durante las Navidades, la palabra “más” parece ser el karma. Ya sea gastar más dinero en regalos o comer más (y más a menudo), las fiestas conducen indefectiblemente a excesos, que a su vez llevan a incrementos en la talla de cintura; y en desperdicios. Pero no tiene por qué ser así. Hay algunas pautas simples que no impiden que se dé los bien merecidos homenajes, pero que evitan que se conviertan en eso, excesos.
A continuación, algunas pautas para disfrutar de unas fiestas sanas y sostenibles, buenas tanto para la cintura como para el medio ambiente.
1. Empiece con ensalada
Tome una buena ensalada como primer plato. Incrementará la cantidad diaria de verdura y mantendrá a raya el apetito. Al empezar con verdura será menos propenso a comer de más, lo que limitara las calorías consumidas y, además, reducirá la cantidad de desperdicios, lo que será bueno para su cintura y para el entorno.

2. Camine más
Ya lo ha oído antes, claro, pero el consejo no puede ser más vigente: aparque más lejos y aproveche para andar un rato. ¿Por qué no adoptar esta sana costumbre durante las fiestas, y olvidarse de las carreras para encontrar aparcamiento? Y, si camina más en lugar de coger el coche, ahorrará algo en gasolina y contribuirá a limitar las emisiones de gases nocivos para el medio ambiente.
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3. ¡Vivan los refrescos caseros!
Haga sus propios refrescos para sus invitados en las fiestas, en lugar de comprarlos. Puede hacer sus propias limonadas y naranjadas, o refrescos de menta, manzana o piña natural. Evite los refrescos enlatados o embotellados en plástico que, además, suelen ser auténticas bombas de azúcar. Seguro que sus propios refrescos caseros tienen éxito entre sus invitados.
4. Ojo a los buffets
Son muy peligrosos. No permita que se le llenen los ojos con toda la oferta que este tipo de comidas tienen habitualmente. No se sirva de más, y evitará tanto seguir comiendo sin hambre como tirar más comida a la basura. Sírvase platos pequeños y no piense que tiene que probar todo lo que hay en la mesa. Elija 3 ó 4 platos de sus favoritos y, si sigue con hambre, haga una pausa antes de volver a la carga.

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5. Apúntese a lo simple
Olvide el “más”, y planee sus comidas de celebración simples. Cocine menos platos y utilice ingredientes nutritivos, que ayudarán a que sus invitados se sientan satisfechos –no saciados– después de comer. ¿Otro “bonus”? La simplicidad y el menor número de platos cocinados supondrán un menor gasto de energía y menos tiempo y esfuerzo. Y de agua, a la hora de lavar los platos.
6. Redefina los postres
Todos pensamos en dulces, tartas y pasteles, durante las fiestas. En su lugar, procure evitar los horneados y piense en platos más sanos que, además, requerirán un menor gasto energético. ¿Un ejemplo? Una buena macedonia de frutas, que puede llevar nueces y hasta chocolate con, opcionalmente, un chorrito de algún licor. Tras ese postre, ¡un trocito de su turrón favorito no le hará daño!
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