
Más que nada... porque es correr riesgos innecesarios.
Hay muchas razones para consultar al médico de familia; algunas muy serias, otras completamente triviales. Pero, cualquiera que sea la causa de tu visita, siempre hay cosas que deberían decírsenos. El problema es que muchas veces los pacientes son renuentes a contarlas en detalle.
En un mundo ideal, los médicos deberíamos saber muchas cosas de nuestros pacientes, incluso si algunas les incomodan. No contarlas puede dificultar el diagnóstico y también puede suponer un riesgo adicional para el paciente.
Todo –y quiero decir todo– puede afectar la salud y cualquier preocupación debería compartirse con el médico.
Los "secretos" más habituales que la gente me oculta son:
1. Has dejado de tomar la medicación
Dejar el tratamiento es un problema de graves proporciones en Medicina. Algunos estiman en hasta el 70% el porcentaje de gente que no sigue correctamente el tratamiento, ya sea por olvido o porque “como se sienten mejor” piensan que ya no lo necesitan. Esto puede tener un impacto serio en temas como la tensión arterial o los niveles de colesterol y pueden causar la prescripción de medicación adicional, innecesaria pues el médico puede pensar que el tratamiento instaurado no ha surtido efecto (lo que, de haberlo seguido adecuadamente, no hubiera pasado).
El médico va a entenderlo, si es el caso: ¡todos somos humanos! Pero, si no te sientes capaz de tomar la medicación prescrita, no mientas y digas que sí, porque sólo puede traerte problemas serios.
2. DE VERDAD cuánto bebes, o cuánto fumas
Los médicos no vamos a detenerte si fumas o bebes demasiado. Pero tenemos que tener una idea precisa de tus hábitos para calibrar si tu estilo de vida puede estar causando problemas. El mismo principio se aplica a drogas "recreativas": estate tranquilo, no vamos a llamar a la policía. La deontología médica establece, clara y tajantemente, el secreto profesional; y lo que digas en la consulta será estrictamente confidencial, a no ser que suponga un peligro inminente para el paciente o para terceros. Los médicos debemos conocer tu estilo de vida para diagnosticar correctamente, pedir las pruebas necesarias y, finalmente, proteger tu propia salud.
3. Estás muy estresado, deprimido o sometido a presión.
O si estás maltratado (o maltratada, claro); tienes que encontrar la fortaleza necesaria para hablarlo y el médico podrá sin duda ayudarte. Si tienes ligeros síntomas de una pequeña depresión, cuanto antes se trate, mejor. El médico puede darte el mejor consejo, derivarte a un especialista si lo considera oportuno o tomar en consideración prescribir medicación necesaria para paliar tus síntomas. Una vez roto el hielo, verás que resulta más fácil hablar de este tipo de problemas. Debes recordar que la depresión es un problema demasiado gordo como para mantenerlo en secreto.
4. Tomas suplementos o hierbas medicinales
La mayoría de la gente piensa que puesto que las hierbas son naturales no interactúan con la medicación prescrita por el médico, pero desafortunadamente no es así. Ese tipo de “fármacos” para perder peso puede ser perjudicial para el corazón, ingerir dosis excesivas de vitaminas o minerales puede ser arriesgado y los suplementos chinos de hierbas, también. Si estás pensando en consumirlos, pregunta antes a tu médico: natural no siempre significa "inocuo" o "seguro".

5. Tienes problemas de dinero
Hablo a diario con alguien cuyos síntomas se han presentado por problemas serios de dinero. A veces pueden ser causa de una adicción al juego, por trastornos bipolares o por ansiedad y depresión, pero también pueden haber crecido en el tiempo por la situación financiera del paciente. El médico no necesita conocer el estado de tus cuentas, pero sí necesita tener una idea del alcance del problema para proporcionarte el consejo médico adecuado, y para entender si conlleva consecuencias psicológicas o psiquiátricas.
No te quepa duda de que tu médico ya ha tenido antes conversaciones similares, de modo que no te sientas incómodo.
6. No duermes
Los problemas de sueño pueden tener muchas causas y si no se los investiga pueden volverse crónicos y difíciles de tratar. Las causas posibles incluyen estrés, depresión o ansiedad, cambios debidos a la menopausia y síndrome de apneas obstructivas (SAOS), un trastorno potencialmente peligroso. Los consejos posibles en este terreno incluyen evitar el ejercicio poco antes de acostarse, mantener un horario estricto, evitar el alcohol y la cafeína por la noche y evitar igualmente cenas copiosas.
7. Tienes problemas intestinales o de vejiga
Los españoles podemos llegar a ser muy pudorosos con nuestras funciones intestinales o renales. Por desgracia, yéndonos al extremo, es posible morir de cánceres de vejiga o intestinales a causa del pudor. A menudo, de niños nos dicen que no hablemos de eso porque "es de mala educación". Pero nunca debería llegar al extremos de evitar decir que hemos visto sangre en las heces o si hay cambios en la rutina intestinal. Lo mismo puede pasar al ver sangre en la orina y no decir nada en la confianza de que desaparecerá el problema. La recomendación aquí no puede ser más simple: en caso de duda, consúltalo. El médico de familia ve a diario pacientes con problemas intestinales y está más que acostumbrado, créeme.

8. Estás extremadamente cansado
Aunque la edad es la causa más común de la fatiga, hay realmente muchas otras posibles causas médicas, incluyendo diabetes, depresión, anemia, problemas de tiroides y cardiacos, por decir sólo algunos. Si no hablas al médico de tu cansancio, él no será capaz de ver si se debe solo a que estás envejeciendo o si hay algún otro problema, más serio, que esté influyendo.
9. Tienes problemas sexuales
Si hay algún tema tabú en España, (¡además del intestinal y de la vejiga!), es la vida sexual. Es muy lícito evitar hablar de sexo con tu médico, pero la disfunción eréctil, o impotencia, puede ser un indicador temprano de diabetes o de problemas cardiacos; y las relaciones sexuales dolorosas o los sangrados post-coitales pueden reflejar problemas hormonales o del útero, todo lo cual requiere investigarse. Las enfermedades de trasmisión sexual, las temidas ETS, también parecen aumentar, especialmente en el grupo de edad de más de 40; de modo que debes mencionar cualquier síntoma inusual. Después de todo, ¡la vida sexual es una manera excelente de mejorar tu salud física y mental!
Y, de nuevo, tu médico habrá hablado de esto docenas de veces antes, con lo que no debes sentirse incómodo.
10. Tienes importantes antecedentes familiares de cualquier problema o enfermedad
Siempre deben mencionarse antecedentes familiares de problemas de corazón, por ejemplo. Merece la pena, como igualmente deben mencionarse el cáncer, la diabetes, el ictus, etc. Puede suponer que el médico te incluya en programas tempranos de cribado o emprender tratamientos preventivos, si fuera necesario. No te molestes en pensar si es algo que merece o no la pena mencionar: déjale ese trabajo al médico, y libérate de esa preocupación.
¡Recuerda!
Recuerda, repito: la clave de cualquier relación, incluyendo la que tengas con el médico, es la sinceridad. Ocultar algo puede parecer a veces la mejor opción, pero ocultar algo que puede ser perjudicial para tu salud… puede acarrearte serios problemas. Abre tu mente en la consulta, di toda la verdad y como resultado tendrás los mejores consejo y ayuda.
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