Pregunta
La pregunta es para un problema que tiene mi hija de 4 años. Después de notar una pérdida de audición hicimos varias visitas al especialista. Tras tratamiento antibiótico, una audiometría y dos timpanometrías planas, el otorrino me confirma que hay que operar para quitarle el líquido que puede haber en el oído. Me comentó que si el líquido resultase denso habría que poner unos tubitos de drenaje. ¿De qué se trata con exactitud? ¿Son los tubos que se meten dentro del tímpano o se trata de otra cosa? ¿Es una intervención quirúrgica con post-operatorio doloroso para la niña? Les agradezco la respuesta y enhorabuena por su página web, muy interesante y una gran ayuda para todos.
Respuesta
Muchas gracias por su amable correo y por la confianza que deposita en NetDoctor.
Por los datos que nos proporciona, lo más probable es que su hija sufra un proceso muy común en la infancia que llamamos otitis serosa o mucosa. De hecho, es esta la causa más frecuente de sordera en los niños.
Esta enfermedad consiste en la inflamación del oído medio y se produce generalmente como consecuencia de catarros de las vías aéreas superiores. Se trata de un proceso benigno. El oído inflamado segrega un líquido rico en proteínas que, a menudo, se espesa y obstruye la trompa de Eustaquio (tubo que conecta el oído con la garganta) con el consiguiente trastorno de la aireación de la caja timpánica.
Los principales síntomas que produce esta afección son la hipoacusia (oír menos) o la sordera, la sensación de tener los oídos llenos u ocupados y la llamada autofonía, es decir, oír las propias palabras retumbar en los oídos. Con menor frecuencia los pacientes notan pitidos en los oídos y mareos.
Se han intentado distintos tratamientos médicos (antibióticos, mucolíticos o medicamentos para intentar romper los mocos, antihistamínicos para intentar disminuir la formación del moco, etc.) sin muy buenos resultados. Cuando éstos fracasan, el tratamiento es necesariamente quirúrgico, con la práctica de lo que llamamos paracentesis, es decir, una técnica que consiste en la colocación de unos drenajes o tubitos en la membrana timpánica del oído enfermo para eliminar el líquido retenido en su porción media.
A menudo esta técnica debe acompañarse del tratamiento de la causa desencadenante del proceso, es decir, extirpación de las vegetaciones adenoideas hipertrofiadas o infectadas, o de las amígdalas o anginas hipertrofiadas o de la infección de la nariz y de los senos que se sitúan a su alrededor (senos paranasales), entre otras.
Los tubitos se dejan puestos una temporada (a veces, varios meses) hasta que el oído se recupera, y luego se retiran. A veces se caen espontáneamente. El postoperatorio no suele ser ni doloroso ni problemático y la mayoría de los niños con esta enfermedad se recuperan satisfactoriamente.
Cordialmente,
Dr. Salvador Pertusa Martínez.